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Paseo Cognitivo y Análisis de Flujo de Tareas: Un Dúo Poderoso para Optimizar la Experiencia del Usuario (UX)

5 min de lectura · 25.06.2025

Resumen Ejecutivo

En el dinámico mundo de los productos digitales, la clave del éxito reside en una experiencia de usuario (UX) impecable. Este artículo explora cómo la combinación del Paseo Cognitivo —una técnica cualitativa para identificar fricciones— y el Análisis de Flujo de Tareas —una metodología cuantitativa para medir el esfuerzo del usuario— se convierte en una estrategia poderosa. Descubra cómo este enfoque dual permite a los líderes digitales y equipos de producto no solo identificar puntos de dolor ocultos, sino también cuantificar el impacto de las optimizaciones, asegurando que cada iteración se traduzca en una mayor satisfacción del usuario y un mejor rendimiento del producto.


Desde el equipo de Research, muchas veces nos encontramos testeando plataformas o apps junto a usuarios que ya se las saben todas: los famosos heavy users. En estos casos, los test más estructurados, con tareas bien definidas y pasos rígidos, no siempre nos permiten explorar a fondo los puntos de dolor que aparecen en el uso cotidiano del producto.

Por eso empezamos a incorporar una metodología diferente: el Paseo cognitivo. Se trata de una técnica de exploración semi-estructurada, donde las personas pueden recorrer libremente la interfaz, mientras identifican fricciones, oportunidades de mejora y aspectos críticos de la experiencia.

Si bien seguimos una pauta con objetivos generales, lo que buscamos con esta técnica es capturar la percepción espontánea del usuario, basada en su flujo real de uso. Y esto se vuelve particularmente valioso cuando trabajamos con productos donde los usuarios avanzados tienen un nivel de familiaridad tan alto que los test tradicionales no logran revelar problemas importantes.

Pero no nos quedamos ahí.

Comenzamos a combinar el Paseo Cognitivo con otra herramienta que aporta una mirada cuantitativa: el Análisis de flujo de tareas. Esta técnica nos permite ver cuántas acciones realiza un usuario y qué nivel de esfuerzo implica cada una. Así, lo cualitativo y lo cuantitativo se encuentran en una misma conversación.

La combinación de ambas metodologías nos ayuda a validar los insights obtenidos en los test exploratorios, dándoles respaldo con datos duros. Y esto resulta muy útil cuando necesitamos comunicar hallazgos a los stakeholders, porque nos da una forma concreta de mostrar por qué un flujo de tareas necesita ser iterado para mejorar la experiencia.

Todo comenzó con un artículo

 

Además de analizar interfaces, hacer benchmarks, entrevistas, workshops, trabajar en Figma, y usar Miro (entre otros etcéteras), también tengo una costumbre: guardo artículos. Muchos. Tengo una carpeta de UX Research que es como mi propia biblioteca, donde colecciono todo lo que encuentro, me comparten colegas o leo en redes.

En esa carpeta hay un artículo de UX Magazine (sí, todavía sigue ahí) que propone un método muy interesante para analizar flujos de tareas. Lo redescubrí hace un tiempo y me pareció perfecto para sumar más solidez a los Paseos Cognitivos, combinando el abordaje cualitativo con una capa cuantitativa.

 

La Exploración Profunda: El Paseo Cognitivo en UX

Por eso, hemos incorporado una metodología diferente y altamente efectiva: el Paseo Cognitivo.

“Esta técnica de exploración semi-estructurada permite a los usuarios recorrer libremente la interfaz, mientras identifican fricciones, oportunidades de mejora y aspectos críticos de la experiencia.”

Aunque seguimos una guía con objetivos generales, el propósito principal del Paseo Cognitivo es capturar la percepción espontánea del usuario, basada en su flujo real de uso. Esto es particularmente valioso cuando trabajamos con productos donde los usuarios avanzados tienen un nivel de familiaridad tan alto que los tests de usabilidad tradicionales no logran revelar problemas importantes o insights de UX significativos.

 

Combinando Cualitativo y Cuantitativo: El Análisis de Flujo de Tareas

Pero no nos quedamos solo con la visión cualitativa. Hemos empezado a combinar el Paseo Cognitivo con otra herramienta que aporta una mirada cuantitativa a la UX: el Análisis de Flujo de Tareas.

Esta técnica nos permite:

  • Cuantificar cuántas acciones realiza un usuario.
  • Medir qué nivel de esfuerzo implica cada una de esas acciones.

Así, la investigación cualitativa y cuantitativa se encuentran en una misma conversación. La combinación de estas metodologías nos ayuda a validar los insights de UX obtenidos en los tests exploratorios, respaldándolos con datos concretos. Esto es extremadamente útil al comunicar hallazgos a los stakeholders, ya que proporciona una forma tangible de demostrar por qué un flujo de tareas específico necesita ser optimizado para mejorar la experiencia del usuario y el rendimiento de un producto digital.

 

paseo cognitivo y analisis de flujo de tareas

 

La Inspiración Detrás de la Metodología

Además de analizar interfaces, hacer benchmarks, entrevistas, workshops y usar herramientas como Figma y Miro, en nuestro equipo tenemos la costumbre de coleccionar artículos y papers relevantes. Mi carpeta de UX Research es como una biblioteca personal donde guardo todo lo que encuentro.

En esa colección, redescubrí un valioso artículo de UX Magazine que propone un método muy interesante para analizar flujos de tareas. Me pareció perfecto para sumar solidez a los Paseos Cognitivos, combinando el abordaje cualitativo con una capa cuantitativa esencial para la optimización UX.

 

¿Cómo funciona el Análisis de Flujo de Tareas?

La lógica es sencilla: se trata de diagramar paso a paso el recorrido completo que hace una persona para cumplir una tarea. Eso incluye todas las pantallas y acciones necesarias.

Una vez tenemos el flujo completo, detallamos cada acción que el usuario debe realizar para completar la tarea. Es importante aclarar que esas acciones van a depender del tipo de flujo que se esté analizando y del dispositivo en cuestión. No es lo mismo usar una app móvil que una plataforma en escritorio.

También hay que tener en cuenta que no todos los flujos tienen los mismos tipos de acciones. En algunos encontraremos gestos, validación biométrica, pantallas de bienvenida, scrolls, y en otros quizás solo ingreso de datos y clics. Por eso el análisis debe hacerse sobre un flujo específico, que se pueda cuantificar con claridad.

Supongamos que analizamos un flujo de transferencia bancaria en una app móvil. Podriamos clasificar las acciones con su nivel de esfuerzo correspondiente de la siguiente manera:

  • Toque / Tap (nivel de esfuerzo: 1)
  • Desplazamiento / scroll (nivel de esfuerzo: 3)
  • Ingresar datos (nivel de esfuerzo: 10)
  • Uso de sensores biométricos (nivel de esfuerzo: 5)

Cada acción se evalúa según el tiempo y el esfuerzo acumulado. Por ejemplo, tocar un botón es simple, así que tiene un esfuerzo de 1. En cambio, ingresar datos implica abrir el teclado, tipear, revisar lo que se escribió, etc., por lo que su esfuerzo se evalúa en 10.

Con las acciones definidas y su nivel de esfuerzo asignado, armamos una tabla para sumar pantalla por pantalla.

La fórmula es:

Cantidad de acciones × Nivel de esfuerzo

Por ejemplo:

Esta tabla nos permite ver, de forma concreta, cuántas acciones requiere el flujo y cuán exigente es completarlo.

 

 

Reduciendo el Esfuerzo y Mejorando la Eficiencia con UX

Ahora bien, si rediseñamos ese flujo de tareas y lo optimizamos basándonos en el uso deseado de los usuarios y las buenas prácticas de UX/UI, podemos mostrar con claridad cuánto mejora la experiencia y, por ende, la eficiencia operativa.

Comparativa: Flujo Inicial vs. Flujo Iterado (Ejemplo de Optimización)

 

En este caso, si el flujo inicial tenía un esfuerzo total de 36 y el optimizado 26 (por ejemplo, si eliminamos dos pasos de desplazamiento o simplificamos los toques iniciales), podemos afirmar que el flujo iterado es un 28% más simple que el original.

“La clave de este análisis es la reducción tangible del esfuerzo del usuario. Nada mal, ¿no?”

Integrar los Paseos Cognitivos con el Análisis de Flujo de Tareas nos permite tener una visión más completa de la experiencia de usuario: tanto lo que sienten las personas al usar un producto (insights cualitativos) como lo que realmente hacen (datos cuantitativos). Es una combinación poderosa y esencial, especialmente útil cuando trabajamos en mejorar flujos complejos y queremos que cada interacción cuente para la satisfacción del usuario, el éxito del producto digital y la innovación tecnológica.

Para entender más a fondo cómo metodologías similares impactan la eficiencia, puedes consultar estudios sobre la importancia de la usabilidad en plataformas digitales.

 


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